jueves, 26 de noviembre de 2015

la hija de la juguetera

Pobre inocente... Nunca imaginó que su destino caería en manos equivocadas...
Para así después poder morir... Le llaman también como: The Button Kid...
Era un simple otoño. La madre de Michelle había terminado de fabricar el último juguete del día. Michelle se encontraba en su habitación jugando con su osito de peluche "Teddy", su única compañía.
(...)
Al día siguiente Michelle se estaba preparando para ir a la escuela. Su madre le dio un beso en la mejilla y le dijo:
-Que te vaya bien en la escuela. Presta atención en clase mi amor, ¿Ok?
-Ok, mami- le dijo con una sonrisa.
Ya al tomar el último bocado de su plato, le dio un beso a su madre y salió corriendo por la puerta, pues el autobús había llegado.
Michelle era una niña muy educada y obediente, dulce y tierna, nadie se resistía a esa pequeña de 10 años. Su madre era la más famosa fabricadora de juguetes del pueblo, la única que mandaba sonrisas a los niños y jóvenes.
Un día la madre se encontraba en su oficina, revisando lo necesario para poder seguir bien en su economía, ya sabes lo que hacen los trabajadores para seguir manteniendo su empleo y ese tipo de cosas. En ese inesperado momento,uno de los empleados del lugar vino con noticias importantes de los cuales la dueña estaría muy  interesada.
-Disculpe señora, hay buenas y...-  se detuvo en ese momento
-¿Ajá?- se le dirigió con un gesto confuso
-Bu-bueno...
-¿Sabe una cosa?- le dijo con seriedad
-¿S-sí señora...?-
-Yo no estoy aquí para "jueguitos estúpidos como este joven, así que, ¡HABLE YA!-
El joven como de unos 20 años, tragó saliva por el susto, pero en ese momento, dijo la última palabra.
-Hay buenas y malas noticias- dijo el chico
-Bueno entonces... diga la buena noticia- dijo la madre
-La buena es que... tenemos el dinero esperado del año- 
La madre casi y saltaba de un brinco, ya que con ese dinero, podía alcanzar el sueño de darle el paraíso a su dulce hija.
-Pe-pero- en ese momento su felicidad fue interrumpida.
-¿Sí?-
-Recuerda que hace uno meses, tenemos competencia" dijo el joven "Pues esa competencia, acabará con nosotros, terminaremos en la ruina...-
La madre se detuvo, se paralizó, tantos años de fama, haciendo su pasatiempo favorito, no lo podía creer.
-¿Cómo que... ruina...?-
-Bueno, no le quisimos decir la noticia hace unas cuantas semanas...-
-¿¡QUÉ!?-gritó sorprendida
(...)
Ya al pasar 1 mes, los trabajadores habían renunciado de la empresa, tenía razón el joven, la ruina había comenzado, hasta la juguetería iba a ser cerrada por no tener clientes y el dinero había sido gastado en lujos innecesarios.
Michelle no sabía que su madre estaba viviendo un gran infierno, al perder...
Un día, Michelle seguía jugando con Teddy a la fiesta de té, su juego preferido. Cuando de repente, una voz susurraba su nombre desde el taller de su madre. A Michelle se le hizo muy raro que alguien le susurrara, pero pensó que sería una urgencia. Al llegar al taller, encontró a su madre en un rincón oscuro en el que alumbraba un pedazo de luz las cortinas. Michelle se acercó diciéndole:
-Mami... ¿estás bien?-" le preguntó con una voz un poco temblorosa
Su madre se volteó mientras su cuello hacía movimientos extraños, Michelle estaba empezando a asustarse.
"¿Bien? le preguntó.
-Mami... ¿¡ESE ES EL SEÑOR SONRISAS!? el Señor sonrisas era otro de los peluches favoritos de Michelle
-S-sí... ¿te gusta?- le preguntó con una sonrisa macabra
-Mamá... ¡TU SONRISA!-"
Su madre ya no podía borrarse esa sonrisa de la cara.
-¿Por qué traes esa navaj-?- le preguntó aterrada
La madre de Michelle le había perforado el estómago al Señor Sonrisas
-Bueno... pensé que... querrías que le hiciera algunos ajustes... jeje- Rió
Michelle retrocedió unos pasos.
-¿Qué pasa cariño?-
De repente,su madre la tomó del brazo arrastrándola en el piso, llevándola a la cocina, sentándola en una de las sillas, mientras tomaba la navaja.
"Mami ¿qué haces?" le dijo aterrada
-No te preocupes querida- le dijo mientras le puso la navaja en su ojo izquierdo
Después de todo, lo inesperado era que la madre le sacara el ojo, para luego así reemplazarlo con un botón color rosa-purpura, el color preferido de su hija. Sus gritos eran profundos, se oían por todo el vecindario. Uno de los vecinos despertó del susto, entonces, al oír los gritos de la pequeña, tomó el teléfono y llamó a la policía, después se puso sus zapatos y salió corriendo.
Ya era muy tarde, la niña había dado su último suspiro.
(...)
Al llegar los oficiales, se llevaron a la madre, la ambulancia cubrió el cuerpo de la difunta niña. Entonces...¿Qué paso después de todo? a la madre la mandaron a un sanatorio, en el cual se arrepintió de sus pecados y se suicidó, y Michelle... jaja, Michelle... no se supo más de ella, misteriosamente, su cuerpo de niña inocente desaparecióLa Niña de la Jugueteria

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